Análisis Scott Pilgrim Vs The World

No estoy nada de acuerdo en llamar a cosas como Scott Pligrim vs The world o el anteriormente analizado Sword & Swordcery juegos de estilo retro. Vale, son juegos cuya estética es pixelada, pero cuentan con gran cantidad de elementos y efectos que poco o nada tienen que ver con los juegos que teníamos en los 8-16 bits al igual que su sonido y bandas sonoras poco tienen que ver con las melodía de chip-tune y samples con las que nos deleitaban aquellas máquinas. Un ejemplo de juego retro podría ser MegaMan 9 y 10, lanzados siguiendo las limitaciones que una máquina como NES tenía en cuanto a gráficos y sonido, pero no un juego como Scott Pilgrim, que se quedaría demasiado grande para correr en cualquier máquina de la época, fuese esta Nes, Super Nes, Neo Geo. Este tipo de juego son algo muy del presente, con la única salvedad que usan un estilo gráfico nuevo y diferente, com pudo ser el Cell Shading en su día, un estilo que reclama los píxeles como puños como seña identificatoria, que abusa de ellos y que disfruta haciéndolos tan grandes y evidentes como es posible  y que poco tiene que ver con los juegos vintage.

Scott Pilgrim vs The World: The Game es, como su nombre indica, la adaptación al videojuego de la obra de Brian Lee O'malley, un cómic de origen canadiense publicado por la editorial Oni Press y que ha tenido bastante éxito por todo el mundo hasta el punto de tener incluso una película de imagen real. El videojuego no sigue al pie de la letra el transcurso del cómic si no que simplemente coge la premisa principal -Scott debe vender a los 7 malvados ex-novios de Ramona Flowes si quiere salir con ella- y lo traslada a siete fases de estilo Beat'em up o Yo contra el barrio. El juego adapta en gran medida personajes y elementos que aparecen la obra original pero también añade un buen montón de nuevas localizaciones y situaciones para poder darle un poco más de profundidad al juego. Así, entre cómic, película y juego tenemos tres versiones diferentes de la misma historia, las tres con una trama principal común pero desarrollos bastante diferentes e igualmente recomendables todas ellas. 

Este es uno de esos curiosos juegos que son más difíciles cuando empezamos a jugar que cuando ya hemos pasado unas buenas horas con él y no precisamente porque dominemos más el estilo de juego si no porque es de esos títulos que a medida que avanzamos y jugamos vamos subiendo de nivel, ganando nuevos poderes y movimientos y poco a poco los enemigos que requerían una buena sarta de leches para ser vencidos acaban cayendo de un solo puñetazo una vez que tenemos el máximo nivel y stats que el juego permite. Así pues, en las primeras partidas que no os extrañe si notáis que el personaje es lento, que los enemigos duran mucho o que no disponéis de casi opciones para darles sopapos o si os veis perdiendo todas las vidas al llegar a la tercera o cuarta fase. A la que llevéis unas horas jugadas el juego se volverá bastante más sencillo, divertido, rápido, dinámico y jugable -ahí es nada-. 

Así, Scott Pilgrim es un juego de la vieja escuela, de recorrer niveles repartiendo estopa a todos los enemigos que vemos, llegar hasta el jefe y pasar a la siguiente fase, con la salvedad de que, gracias al genialoso mapa mundi a la Mario World, podemos revisitar las fases ya superadas para conseguir más dinero con el que comprar items que mejoren nuestros stats o bien ganar más experiencia para subir niveles. Para ello podemos seleccionar entre cuatro personajes de la serie -más uno oculto y dos que se pueden conseguir vía DLC por un módico precio-: Scott Pilgrim, Stephen Stills, Kim y Ramona Flowers. Para luchar contra los enemigos contamos con ataques normales y fuertes, counters, esquivas, ataques especiales y un botón para llamar a un personaje "striker" que aparecerá, golpeará y desaparecerá. A los más viejos del lugar nos les traerá bastante recuerdos de juegos de recreativos en los que hasta cuatro jugadores podían recorrer los niveles juntos rompiendo caras, como Los Simpon's Arcade, X-men, Teenage Mutant Ninja Turtles, etc. Y es que es uno de esos títulos que, cuanta más gente juegue a la vez, más divertido se vuelve. 

La estética del título respeta de forma fidedigna el estilo de dibujo del cómic, todo embellezido con píxeles como puños, colores muy vibrantes y una animación muy cuidada, es muy loable el trabajo gráfico que tiene este juego a sus espaldas, lleno de detallitos tanto en escenarios como en los propios personajes, así como la gran cantidad de referencias que encontramos a la obra original en forma de personajes, localizaciones, locales donde comprar comida e items, etc.

Pero si hay que destacar un aspecto del juego por encima del resto (lo cual ya tiene mérito siendo un título visualmente tan chulo y sobretodo divertido) es su genial banda sonora, realizada al completo por la banda neoyorquina Anamanaguchi, expertos en hacer música de chiptune y fusionarla con instrumentos reales como guitarra eléctrica, bajo, etc. El resultado es una banda sonora carismática y pegadiza como poca, no creo equivocarme si digo que en el videojuego de Scott Pilgrim vs The World no hay ni un sólo tema malo. A veces nos dará pena acabar un nivel por dejar de escuchar el tema que lo ambienta, tristeza que nos dura tan poco como empezar el siguiente nivel y ver que el tema que lo acompaña es tan bueno o más que el anterior. Una banda sonora de las que se pegan, de las que se escuchan independientemente del juego y una banda sonora de las que hacen que el producto final sea más redondo todavía.

Scott Pilgrim vs The World es un gran juego, poco importa si sigue o no de manera fiel el argumento del cómic o si se toma licencias argumentales o no, para empezar es un derroche de diversión tanto jugando solo o con más gente, para continuar, su aspecto gráfico es amor, lleno de cuidadas animaciones y detalles, con un gran uso del color y la estética pixeliana-comiquera de la que tanta gente abusa hoy en día y que tan pocos saben aprovechar y para acabar, cuenta con una banda sonora memorable, con chiptune del bueno y de calidad, oiga. Además, el sistema de subida de niveles y los cuatro finales diferentes más sus modos de juego ocultos hace que tenga una vida bastante más longeva que otros exponentes del género.  Sólo el hecho de que no os guste el universo en el que se basa  o que paséis de lo de repartir cariño en forma de leche por el barrio puede hacer que no os acerquéis al juego. Recomendable 100%.

Lo mejor:
-El estilo gráfico y visual es muy bueno, la estética pixelada le queda de maravilla, el uso de color es muy bueno y las animaciones están muy trabajadas. Rebosa sentido del humor y buen hacer por los cuatro costados.
-La banda sonora de Anamanaguchi es genial, las melodías de chiptune más instrumentos reales combinan de maravilla.
-La jugabilidad es muy buena, es un título muy divertido y que invita a rejugarlo para subir niveles, conseguir mejorar los stats, ver los cuatro finales, descubrir sus secretos...
-El mapa del mundo al estilo Super Mario World y multitud más de detallitos y referencias a videojuegos.
-Trucos como los de antaño de usar combinaciones de teclas para desbloquear modos extra, sound test, items especiales, incluso tiene el código del SF2 de Super Nintendo y el de Mortal Kombat de Mega Drive.


Lo peor:
-Cuesta pillar la gracia al juego en los primeros compases, debido a lo lentos que son los personajes y la poca variedad de golpes incial que tienen así como la cantidad de golpes que hay que dar a los malos para que muerdan el polvo. En cuanto subimos algunos niveles se arregla la cosa.
-A veces la colisión de las tortas con el enemigo no funciona demasiado bien y aunque los personajes estén en contacto, sus golpes no tocan a los enemigos. No es muy grave, pero ahí está.
-No tiene modo online*

Nota:9

*Lo tendrá vía DLC apoquinando dinero a Ubisoft, un detalle muy Ugly.